Sabes que tu almohada es decisiva para lograr un buen descanso? Imaginamos que sí, pero hoy no nos vamos a centrar en cómo debe de ser la almohada ideal. En este post vamos a tratar sobre la correcta higiene y el mantenimiento de la misma ya que numerosos estudios, como este de la universidad de Manchester, confirman que en ella se acumulan un gran número de microorganismos que pueden afectar a nuestra salud, sobre todo, a quienes padecen alergia.
Para evitar la proliferación de bacterias y ácaros, además de cambiar regularmente las fundas de la almohada, es necesario un correcto lavado de las mismas. Pero, ¿sabes cómo y cada cuánto tiempo hay que lavarlas? No te preocupes, a continuación te damos las claves para que puedas obtener la máxima higiene en tus almohadas sin que resulten dañada
Además de lavar la funda y las sábanas semanalmente, es importante que laves tu almohada al menos dos veces al año. Pero antes de comenzar con el proceso, es fundamental que tengas en cuenta ciertos aspectos para obtener un buen resultado:
Comprobar las instrucciones de lavado del fabricante, los diferentes iconos te mostrarán si se puede lavar y el tipo de limpieza más adecuado en función de su composición.
Asegúrate de que la almohada no tenga ningún desperfecto o descosido por donde el relleno se pueda salir durante el lavado.
Debes de saber que la mayoría de almohadas permiten el lavado, pero dependiendo de la composición de su núcleo (látex, viscoelástica, plumas o sintéticas), los cuidados y la limpieza serán diferentes. Veamos uno a uno cada tipo de almohada.
Viscoelástica
Este tipo de almohadas no permiten el lavado ya que si se mojan excesivamente la viscoelástica pierde sus propiedades de adaptabilidad y su efecto de memoria. Lo recomendable es que laves regularmente su funda protectora. Pero como sabemos, es inevitable que en ciertas ocasiones se requiera una limpieza más profunda. En este caso, tendrás que hacerlo manualmente.
Cómo hacerlo:
Prepara un recipiente con agua tibia y jabón neutro.
Humedece un paño limpio (debes escurrirlo muy bien) y frota la almohada realizando movimientos circulares.
Seca concienzudamente con una toalla limpia
Coloca la almohada sobre una superficie plana y a la sombra para facilitar su secado (mejor si es al aire libre). Antes de volver a utilizarla cerciórate de que está completamente seca para evitarque aparezca moho y malos olores.
Látex
A excepción de las almohadas de látex hipoalergénico que no necesitan ser lavadas, este tipo de almohadas se pueden lavar a máquina.
No obstante, a pesar de que las indicaciones del fabricante lo permitan, te aconsejamos que realices su limpieza manualmente para evitar que el látex pierda sus propiedades de forma prematura.
Te explicamos cómo debes de hacer correctamente ambos lavados. ¡Tu decides cual es el más adecuado para ti y tu almohada!
Lavado a máquina
Si tu almohada lo permite y te decantas por esta opción, además de seguir las indicaciones del fabricante, te recomendamos seguir estos pequeños consejos para lograr su correcta limpieza.
Utiliza un programa de agua fría y un detergente líquido para prendas delicadas para evitar que se depositen residuos en el núcleo de la almohada.
Incorpora pequeñas prendas o bolas de lavado para evitar que la almohada resulte dañada.
Para eliminar todos los restos de jabón, programa dos veces seguidas el ciclo de enjuagado.
Sécala al aire libre, sobre una superficie plana y a la sombra.
Lavado manual
Cómo hacerlo:
Llena un recipiente amplio con agua fría y pon un poco de detergente líquido para prendas delicadas
Sumerge la almohada y lávalas suavemente (sin frotar). Evita el remojo prolongado
Enjuaga con abundante agua fría hasta asegurarte de que no quedan residuos de jabón
Elimina lo máximo posible el exceso de agua, ponla a secar al aire libre (preferentemente a la sombra) y en posición horizontal.
Plumas y sintéticas
Ambas se pueden lavar sin ningún tipo de problemas en la lavadora y comparten las mismas instrucciones de lavado, para obtener un resultado perfecto.
Cómo hacerlo:
Usa detergente líquido para ropa delicada.
Elige un programa para ropa delicada y una temperatura máxima de 40 grados.
Incorpora al tambor de la lavadora un par de bolas de lavado para evitar la pérdida de volumen. En su defecto puedes usar un par de pelotas de tenis envueltas en calcetines o medias.
Elige un ciclo de centrifugado suave.
Aunque es posible su secado a máquina (en un programa de secado en frío o a baja temperatura) te recomendamos que lo hagas al aire libre, en horizontal y a la sombra. En el caso de las almohadas de plumas, es conveniente remover de vez en cuando el relleno para evitar que las plumas se apelmacen.
Como eliminar manchas
Es inevitable, a pesar de cambiar regularmente la funda, que en la almohada aparezcan desagradables manchas amarillas producidas principalmente por la sudoración, por la saliva y por la grasa del cabello. En estos casos, para que tu almohada vuelva a recuperar su aspecto original, sigue los paso a continuación.
Cómo hacerlo:
Antes de lavar tu almohada, prepara un recipiente con agua y disuelve en él un poco de detergente neutro. Si la almohada está muy amarilla, puedes añadir un poco de lejía o de percarbonato sódico al agua para recuperar más fácilmente el blanco original.
Frota suavemente las manchas con una esponja bien escurrida o con un paño húmedo y limpio.
Lava tu almohada, según sea su material, sigue las instrucciones que anteriormente te hemos detallado.
Consejos para mantener las almohadas limpias
Para mantener tu almohada limpia, la manera más sencilla de conseguirlo es la prevención. El papel que desempeña la funda en este aspecto es realmente importante. Cuando adquieres una almohada, esta ya viene con una funda protectora de algodón que se puede lavar a máquina tantas veces como sea necesario; en todo caso, protegerla con una funda extra nunca viene de más y es aconsejable.
En el mercado puedes encontrar modelos que se adapten a tus necesidades (algodón, impermeables, hipoalergénicas, antiácaros…).
Nuestro consejo es que laves la funda semanalmente junto a las sábanas para conseguir un extra de higiene y un plus de protección ante la aparición de manchas indeseadas y la proliferación de seres indeseados.